Para algunas mujeres el control ginecológico es vivido como un mal necesario, para otras, como una situación dolorosa. También hay quienes temen que el médico les de una mala noticia. Es por eso que prefieren no saber y pierden la oportunidad del diagnóstico y tratamiento temprano que podría salvar sus vidas. Entonces la visita al ginecólogo es realizada espaciadamente. Existe cierta falta de información; no sabemos para que sirven los estudios y que importancia tienen cada uno de ellos. En ocasiones las pacientes entran al consultorio y a los quince minutos termina la consulta, pero quedan las dudas... Admito que parte de esto es nuestra responsabilidad, la de los médicos. Pero los miedos, los pudores y fantasías de las pacientes juegan también un papel preponderante. Debemos trabajar juntos. La salud la tenemos que cuidar entre todos. Lamentablemente los cánceres más frecuentes en la mujer son el de mama y el de útero. Pero por suerte ambos se pueden diagnosticar en forma temprana o detectar lesiones que nos pueden llevar a estas situaciones. De esta forma con los tratamientos correspondientes se logra controlar o erradicar tempranamente estas enfermedades. Para ello es necesario un simple control anual entre otros cuidados. Seguro que luego de un interrogatorio y examen físico el ginecólogo te va a pedir tres estudios esenciales. Ellos son: PAP, Colposcopía y Mamografía.
PAP: este estudio sirve para analizar las células del cuello uterino y detectar los cambios que se producen en ellas y que pueden llevar al cáncer, o detectar células cancerígenas. Se toma una muestra raspando con una espátula, se la extiende en el porta objeto y se lo envía a anatomía patológica para analizar.
Colposcopía. Es la observación del cuello uterino y paredes vaginales con un aparato que es como una especie de lupa. Con este observamos imágenes anormales.
Mamografía: son unas radiografías que se le hacen a las mamas y pueden mostrar lesiones aún no palpables.
PAP: este estudio sirve para analizar las células del cuello uterino y detectar los cambios que se producen en ellas y que pueden llevar al cáncer, o detectar células cancerígenas. Se toma una muestra raspando con una espátula, se la extiende en el porta objeto y se lo envía a anatomía patológica para analizar.
Colposcopía. Es la observación del cuello uterino y paredes vaginales con un aparato que es como una especie de lupa. Con este observamos imágenes anormales.
Mamografía: son unas radiografías que se le hacen a las mamas y pueden mostrar lesiones aún no palpables.